Dominas a tal extremo el arte
de entender las caricias
que la distancia me pesa en la piel
Esa distancia tan larga
como el hecho de que no existes
y aún así
busco recrearte entre mis letras.
La soledad me retiene para ti en su egoísmo.
Sueño para buscarte
y me despierto con lágrimas
que son el acuse de recibo
que entrega mi fracaso.
Te escribo y sueño día a día
aún así te vas risueña entre mis años
te dispersas traviesa entre mis dedos
que no te pueden retener.
Te moldeas eterea
y lo haces lejos de mi.
Precioso! Me encanta la melancolía y el cariño que desprendes en cada verso. Un abrazo!
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Gracias Maru. Que bueno que lo hayas disfrutado. Un abrazo grande.
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Sutiles versos como una niebla en un día de campo que nos envuelve gratamente.
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